Durante muchos años se vendió que los que desalojaban a orillas del río, vendían las «casas» que les daban para regresar al río.
Santo Domingo Este es uno de los territorios construidos por «invasiones» o robo de terrenos, sea del estado o privados, que durante décadas de desregulación desde los gobiernos de turnos, proliferó con total impunidad y los desalojos se hacía cuando el dueño de la parcela aparecía con mucho dinero para provocar las fuerzas públicas o cuando otra «banda» de invasores llegaba y lanzaba a la calle a los anteriores.
Pocas veces el «invasor» llegó y construyó de forma inocente, casi siempre alguien mandó a invadir o vendió lo invadido.
A ello se suma los temas de las tierras del CEA; repartidos una y otra vez entre funcionarios en gobiernos que construían metros y autopistas, pero nunca le dieron la más mínima importancia al tema de la tierra.
Es claro que los temas de invasiones impunes, terminaron, pues mientras que el estado trata de «lavar» muchos terrenos invadidos convirtiendo a ilegales en propietarios, hay una voluntad de desalojo a donde eso no se puede hacer, pero que evidentemente son terrenos ocupados por quien no debe estarlo haciendo.
Es curioso que frente a desalojos inhumanos, en escenas de familias que lo pierden todo, pues llegaron y construyeron durante muchos años en lugar sin propiedad, la pasividad de la opinión pública e incluso, la justificación de la acción para sacar a las personas sin importar donde terminarán en pos de que el propietario, sea el gobierno o un privado pueda recuperar su tierra, es cada día más frecuente.
Frente a las invasiones de terrenos, la opinión pública se pone del lado del que intenta recuperar mediante la fuerza sus propiedades, en un proceso que solo parece comenzar y tendrá muchas «víctimas», casi siempre invasores que luego de años crearon afinidad y hasta olvidaron que ocupan terrenos sin ser de ellos y en un clima de impunidad total por la irresponsabilidad generalizada, creyeron sería para toda la vida, y no es así.
El caos social, el irrespeto a las leyes, la impunidad institucional, tiene en las invasiones uno de los grandes ejemplos que quien sabe un día se estudian.
Está consumado.
Es claro que con la opinión pública en contra de cualquier tipo de invasión, las familias sacadas de forma cruel con la fuerza pública, que rara vez actúa sin ser debidamente mandada, aunque la política atrape estos temas, los desalojos solo están comenzando.
Corregido con https://www.corrector.co/es/